miércoles, 4 de noviembre de 2009

Días del cielo de Terrence Malik

1978
DURACIÓN
94 min.Trailers/Vídeos
PAÍS Estados Unidos
DIRECTOR Terrence Malick
GUIÓN Terrence Malick
MÚSICA Ennio Morricone
FOTOGRAFÍA Néstor Almendros
REPARTORichard Gere, Brooke Adams, Sam Shepard, Linda Manz, Robert J. Wilke, Jackie Shultis, Stuart Margolin, Timothy Scott, Gene Bell, Doug Kershaw, Richard Libertini, Frenchie Lemond



Ésta es una obra consagrada desde el principio por la crítica, y además Malick es como Víctor Erice: hace el cine que quiere y se toma el tiempo necesario. Las consecuencias son, en el caso del español, tres obras maestras en tres décadas. Además es escritor y se graduó con summa cum laudem en Filosofía, y algo se nota de todo esto. Me explico: en sus obras hay como mínimo dos niveles: el primero, el de la propia historia con un argumento más o menos convencional y una sucesión de circunstancias que construyen la trama; y el segundo, el de la reflexión, el making off soterrado de la propia narración, donde parace preguntarse: ¿qué le ocurre a esta voz cuando ocurre esto, cuando se cuenta una historia, cuando resulta que la encarnación de esa voz construye un pasado o un presente, un lugar en el tiempo donde representar un papel concreto e interactuar con otros como él? Ese segundo nivel es la apostilla, es la glosa o comentario a pie de página y su escritura fílmica y literaria más evidente. A veces da la impresión de que hay demasiada voz en off en sus historias. Pero claro también es cierto que es una conciencia que se cuestiona y que siempre surge de un personaje especial, coherente con el planteamiento narrativo. Digamos que es una clave en su cine o un rasgo de estilo. No vemos una película y ya está. La película es mostrada y enseñada a través de un contraste expositivo que parace escapar a la acción y navegar sobre ella y hacer que el espectador se demore y analice lo que está viendo y piense lo que está pensando. Pero cuando el espectador ignora la voz, o cuando la propia historia la ignora, la acción entra como un torrente y barre con todo lo que había hasta el momento. Y ahí se muestra más que nunca el origen pseudotrágico de todas sus obras: personajes inmersos en su propia libertad, atrapados en ella. Aquí no hay un hado fatal y determinista al que echarle la culpa. La culpa la llevamos dentro (tradición judeocristiana), y también una reserva de nostalgia primigenia, encarnada en los personajes más inocentes, los que tienen un contacto directo con la naturaleza.
Visualmente es un cine que queda flotando una vez lo has visto. En esta obra, su segunda película, Néstor Almendros ganó el Oscar a la mejor fotografía. La luz es un personaje más pero también el viento y los colores. Es una obra sensitiva que casi puede olerse, palparse, habitarse. Lo duro de la época y de la propia historia se reduce con un hermoso relato visual.
Días del cielo narra varias historias, entre las que destacan: la de la niña y sus recuerdos, la de una pareja de jóvenes enamorados que vagan por el país buscándose la vida, y la de un rico hacendado que sabe que no le queda más de un año de vida. Estas tres historias se estructuran en una sóla. En un primer visionado, todo en esta obra parece funcionar a su manera, parece enamorar al espectador con un cierto primitivismo en las actitudes. El personaje cuenta a veces lo que está haciendo, algo evidente. Pero también lo oculta con la misma ingenuidad, con un silencio sonoro, que anuncia desgracias.

Terrence Malik (1943 Ottawa, Illinois, Estados Unidos) ha hecho hasta la fecha cuatro largometrajes. Actualmente ultima su quinta película "The tree of life". Su cine con contenidos históricos y políticos pero también panteístas, ecológicos y metafísicos destila un humanismo que transgrede la mera denuncia, convirtiéndola en lirismo filosófico.

Óscar H.

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