jueves, 5 de noviembre de 2009

El libertino(2005), de Laurence Dunmore

Permitid que sea sincero,de buen comienzo: no seré de vuestro agrado. Así comienza su prólogo,copa en mano y desde la penumbra, un Johnny Depp priápico y chulesco, en los primeros minutos de El libertino, de Laurence Dunmore. Esta película pasó sin pena ni gloria, y ni siquiera los fans más acérrimos de Depp la conocen o la recuerdan sin una mueca de disgusto . Sin embargo, la película, sin ser notable, me dejó una grata impresión. Quizás es porque siento debilidad por las películas basadas en obras de teatro( suelen tener mejores diálogos y personajes mejor construidos...si no, que se lo digan a ese loco del teatro que fue Bergman) , o porque me ha impresionado conocer la iconoclasta figura de John Vilmont, segundo Conde de Rochester: libertino, rebelde con causa genital, escritor satírico y burlador de todos, especialmente de sí mismo(no se pierdan la escena en la que se hace retratar coronando a un mono con una corona de laurel...hecho totalmente verídico,por cierto). Pero Depp no es la única estrella que participa en este film británico. Johh Malkovich y la actriz británica Samatha Morton dan cuerpo a los personajes sobre los que se desarrollarán las andanzas de Vilmont: el rey Carlos III, que representa la tentación de asociarse con el poder que, para Vilmont, sólo es un motivo de chanza; y la actriz Elizabeth Barry, que da la oportunidad a John de ejercitar su talento como forjador de talentos y de paso, hacerle descubrir otro: el de amante casi romántico.
Pero no nos dejemos engañar por un libertino que anuncía de entrada su intención de ser sincero.No podemos decir que conocemos al Conde de Rochester hasta que hayamos oído el epílogo de esta película.

Fran

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